Carta a los papas desde el campamento.
		
		
				
				
		
			
				
					> Hola papá y mama: 
> Estamos bien. El agua sólo se ha llevado una tienda de 
> campaña y dos sacos de dormir. No se ha ahogado nadie porque 
> justo en el momento de la inundación estuvimos buscando a 
> Carlos que se había perdido en la montaña. Ahh, ¿podéis 
> llamar a los padres de Carlos para decirles que está bien? 
> Es que él no puede escribir una carta porque se ha roto los 
> dos brazos. Me han dejado ir en el 4x4 con los rescatadores, 
> ¡qué guay! Si no hubiera habido tanto relámpago, nunca 
> hubiéramos encontrado a Carlos. 
> El jefe el campamento estaba muy enfadado con Carlos por 
> haberse ido sólo a la montaña sin avisar. Carlos sí que se 
> lo dijo al jefe pero como éste estaba muy ocupado apagando 
> un fuego, posiblemente no le había oído a Carlos. ¿Sabíais 
> que si tiras una bombona de butano al fuego, explota? Los 
> árboles no se quemaban porque estaban demasiado mojados de 
> la lluvia pero sí una de las tiendas con nuestra ropa. David 
> tendrá un aspecto raro hasta que le vuelva a crecer el pelo. 
> Si el jefe logra arreglar el minibús, el sábado estaremos en 
> casa. Él no tenia la culpa del accidente porque cuando 
> salimos del campamento los frenos todavía funcionaban. Dice 
> que es muy normal que coches tan viejos como el minibús suyo 
> se rompen a menudo. Por eso tampoco lo puede asegurar. A 
> nosotros nos gusta mucho el minibús, al jefe no le importa 
> que lo ensuciemos. Tiene sólo 10 asientos pero entramos 
> fácilmente unos 20 niños. En los caminos de montaña nos deja 
> llevar el minibús un rato cada uno. Eso esta muy guay porque 
> tiene muchas curvas que lo hace más divertido. Lo malo fue 
> que la policía nos paró justo cuando me tocaba a mí. Dijo el 
> policía que iba a hablar con vosotros. 
> No os preocupéis, estamos en buenas manos. El jefe es 
> realmente guay. Esta mañana todos nos fuimos a nadar en el 
> lago pero a mí no me dejaba porque no sé nadar y a Carlos 
> tampoco porque tiene los brazos rotos. Así nos dejó a los 
> dos con la canoa llegar hasta el otro lado del lago. Si 
> miras en el agua ves en el fondo los árboles sumergidos por 
> la inundación. El jefe no es tan pesado como el del año 
> pasado, ni siquiera se enfadó por habernos olvidado los 
> chalecos salvavidas. Él esta demasiado ocupado arreglando el 
> minibús, por eso lo molestamos lo menos posible. 
> ¡Ahh! ¿Sabéis una cosa? Hemos hecho un cursillo de primeros 
> auxilios. Cuando Oscar se tiró al agua se hizo un corte muy 
> profundo y le hicimos un torniquete. Es un nudo para cortar 
> hemorragias. Me puse a vomitar y algunos otros niños también 
> pero según el jefe era por haber comido un pollo en mal 
> estado. Nos dijo que el pollo sabia igual que la comida en 
> la cárcel. Estoy muy contento que el jefe esté en libertad y 
> que ha venido con nosotros de campamento para mejorar su 
> vida. Dice que apartir de ahora lo va a hacer todo bien. 
> ¿Por cierto, que es un pederasta? Bueno, voy a terminar la 
> carta ya, porque luego nos vamos a la ciudad para llevar 
> nuestras cartas a correos y para comprar vaselina. El jefe 
> dice que es para los juegos a los que vamos a jugar. 
> No os preocupéis, estamos muy bien.
				
			 
			
		 
			
				
			
			
				** Ojalá me acorrale la vida y me folle la suerte **