El Corsa con la suspensión normal es un coche confortable. Va bien en las carreteras rápidas, como autopistas y autovías, y resulta algo torpe en las más lentas por los movimientos que llega a tener la carrocería.
Por el balanceo que puede tener la carrocería y porque no parece particularmente ágil (tampoco lo hemos probado en las mejores condiciones para apreciar estas cosas), la forma de moverse del Corsa con esa suspensión normal recuerda más a coches como el Suzuki Swift o el Toyota Yaris que a los mejores en este aspecto, como un Ford Fiesta, un Peugeot 207 o un Renault Clio.
La suspensión «Sport» elimina parte de los eventuales movimientos de cabeceo y balanceo que puede tener la carrocería en curva con la suspensión de serie, y da más precisión en las curvas. Esta suspensión va en combinación con una dirección más rápida.
En km77.com hemos probado un Corsa 1.3 CDTi de 90 CV con el equipamiento «Cosmo», que contaba con la opción de esta suspensión deportiva. Con ella, es algo más incómodo que con la de serie pero mantiene un buen compromiso entre confort y estabilidad, aunque sin llegar al nivel de un Renault Clio.
Entra bien en las curvas lentas y no subvira en exceso. Con esta suspensión deportiva se puede provocar un deslizamiento de las ruedas traseras al decelerar (no hace falta hacerlo repentinamente) con el coche apoyado. Este movimiento se produce con más facilidad y resulta más evidente que en otros utilitarios recientes. Cuando sucede no es excesivamente brusco, al menos en seco (en un Toyota Yaris lo es más). Esta versión llevaba unos neumáticos Continental Premium Contact2 de medidas 195/55 R16.
Para un uso normal, la suspensión convencional puede ser más satisfactoria porque da un buen nivel de comodidad (tampoco extraordinario, porque en ciertas ocasiones puede parecer un poco dura en la fase de compresión), aunque hay que acostumbrarse a un cierto balanceo si se va a conducir rápidamente por curvas.
El Corsa con nivel de equipamiento «Sport» se diferencia del resto de versiones, además por el ajuste de las suspensiones, por los desarrollos de transmisión y la dirección. El nivel de equipamiento Sport está disponible con carrocería de tres puertas y con los motores 1,2 l de 80 CV, 1,4 l de 90 CV y 1,3 CDTI de 90 CV.
En el Corsa «Sport» la suspensión es menos flexible que la del resto de versiones y la carrocería va más baja (18 mm la parte delantera y 15 en la trasera). Estos cambios en la suspensión hacen que el Corsa Sport tenga menos balanceo en las curvas y la suspensión sea más incómoda. La dirección es mucho más rápida (tiene 2,2 vueltas de volante entre tope y tope, en lugar de las 2,8 vueltas que tienen las versiones que no son «Sport»). En todas las versiones el diámetro de giro es el mismo (10,2 m entre bordillos, un dato normal para un coche de 4,0 m de longitud).
Opel monta tres tipos de dirección distinta en la gama Corsa según el motor y la versión (más información sobre las direcciones).
La del Corsa 1.3 CDTi Cosmo no informa con precisión sobre cómo pisa el coche; en este aspecto las hay mejores, como la del un Peugeot 207 o un Volkswagen Polo. A pesar de ello, nos ha parecido claramente mejor que la que lleva el Fiat Grande Punto (por tacto y por que no está tan asistida), modelo con el que comparte algunos elementos de la estructura.
Llama la atención lo difícil que resulta mantener una trayectoria recta porque la dirección es muy sensible al inicio del giro y cualquier irregularidad o movimiento del conductor provocan que se desvíe ligeramente.
Para conseguir el mismo giro de las ruedas, hay que girar menos la dirección del Corsa Sport que la de un Corsa con otro nivel de equipamiento. Esto puede ser una ventaja para maniobrar o para callejear por ciudad (donde se puede doblar alguna esquina sin soltar las manos del volante). En carreteras con curvas de radio muy amplio, la dirección del Corsa Sport no aporta una ventaja significativa en relación a la normal.
El motor Diesel 1,3 CDTI de 90 CV es mejor en carreteras rápidas que en lentas o en ciudad. Cuando se trata de ganar velocidad, el peso se deja notar (el del Corsa de cinco puertas con este motor es 1.265 kg); en cambio, cuando está lanzado no tiene muchas dificultades para mantener la velocidad.
No es un motor tan agradable como el del Toyota Yaris D4-D (prueba de este modelo) o el del Renault Clio dCi (prueba de la versión de 105 CV) pero sí que es algo más suave y menos ruidoso que el del Volkswagen Polo 1.9 TDI (prueba). Nos ha parecido que en al Corsa le cuesta menos salir desde parado que al Grande Punto con el mismo motor (prueba) aunque, según nuestras mediciones, el Opel que hemos tenido ha sido más lento en todas las pruebas.
En autovía es capaz de mantener una velocidad media de 136 km/h con un consumo de 6,6 l/100 km. En ciudad (con mucho tráfico) y alrededores, un consumo que se puede considerar como representativo en esas circunstancias alcanza poco más de 7 l/100 km.
El cambio de seis velocidades acoplado a este motor tiene un manejo muy bueno. Las marchas entran con facilidad y se puede cambiar con rapidez. Los recorridos entre marchas son normales.
En determinadas circunstancias puede ser interesante optar por ese motor turbodiésel, además de por su consumo, porque en carretera resulta menos ruidoso que el de gasolina equivalente por potencia, un 1,4 l de gasolina de 90 CV.
El 1,4 l de gasolina es un motor que tiene una respuesta al acelerador que inicialmente parece buena, pero que nunca llegan a dar una aceleración grande o intensa, aunque se llegue a un régimen alto (algo que no hace con facilidad). Sus prestaciones pueden decepcionar. Nos parece poco recomendable, sobre todo habiendo una alternativa como el 1,3 l CDTI de 90 CV.
Comparativamente, resulta más agradable el 1,2 l de gasolina de 80 CV que el 1,4 de 90 CV. El 1,2 l tampoco es un motor que brille en la carrocería del Corsa, pero creo que puede ser más atractivo porque sube de régimen con más rapidez y, en una conducción normal, no parece claramente más lento que el de 90 CV.
El Corsa 1.7 CDTI de 125 CV (disponible a partir de febrero) da unas prestaciones rápidas y tiene buena respuesta. Lo que también tiene es un sonido a Diesel muy marcado (aunque no vibra en exceso), mayor que el 1.3 CDTI de 90 CV. El ruido que emite es evidente incluso a velocidad sostenida.
Dado que el Corsa 1.7 CDTI de 125 CV es muy ruidoso a velocidad baja y sus prestaciones son las de un coche hecho para viajar por carretera, no tiene mucho sentido adquirirlo para una utilización principalmente por ciudad.