Jodr ké pasada! Ahora si que la armé. Resulta que me dejó un mecánico el famoso extractor (de dos garras) y me puse manos a la obra. Lo coloqué correctamente, una garra por detrás del tambor, la otra por el otro lado, apoyé el centro del extractor en el buje y me dispuse a girar el tornillo. Cuando de repente y ante mi asombro el extractor salió despedido como si de un cohete se tratrase, paró contra la pared del garage y reventó un borde del tambor. El tambor sigue girando igual de bien que antes y no lo desplacé ni un centímetro. Bueno pues nada, se lo comenté a otro amigo mecánico y parece ser que hay otros extractores de tambor más adecuados que se enroscan y amarran a los agujeros del tambor donde se enroscan los tornillos de la llanta y ahí si que ya no hay más por donde ir. Cuando lo pruebe ya os comento haber que pasa. Perdonaz todo el royo que os solté. Un saludo