El supresor suele utilizarse por dos motivos principalmente: para conservar el catalizador original y para ganar en prestaciones.
Con la instalación de un supresor ganas en prestaciones porque el catalizador supone un freno para la salida de gases de escape del coche. Si eliminas el catalizador, el coche "se desahoga" mejor y obtienes algo más de potencia (tampoco mucha), mejor respuesta del motor... y también más contaminación acústica y de gases.
Por eso es importante que vuelvas a poner el catalizador cuando vayas a pasar la ITV, sino es muy probable que no la pases.
OPEL CALIBRA 2.0i - C20NE (115 CV)
OPEL CORSA A 1.5 D - 4EC1 (50 CV)