Tras un par de años prácticamente en el dique seco, me decidí finalmente a dar el paso. Lo había pensado alguna vez, pero no había sido capaz, lo había ido retrasando, pero ya últimamente había visto que en el punto de la encrucijada que estaba, ninguna solución era buena.

Aquí acaba este proyecto fallido. Para mí quedan los aprendizajes (acometer este proyecto con lo que se ahora, años atrás hubiera sido otro cantar y otra ejecución), y los buenos ratos vividos con esta carrocería, pero no puedo finalizarlo tengo que ser realista. Toca reordenar ideas, y definir algo mucho más sencillo y realista, porque al final, la vida pasa y la pegatina de la ITV de 2014 es un mazazo, que me recuerda todos los años que me he privado de disfrutar de él por querer apuntar demasiado alto.

La paradoja del barco de Teseo, hágase la interpretación que cada uno quiera, no es un adiós, es un hasta luego. Volveré a ponerme al volante del requenense en otro momento, y volveremos a disfrutar de lo que nos dejen. Y tendrás una historia que difícilmente igualará otro coche. Mientras, gracias por tus enseñanzas amigo, fiel compañero de kilómetros, carreteras, y momentos.



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