Nada que añadir. Me da bastante lástima que se pueda perder la identidad de marca, la poca que le queda.

Aunque siendo franco, visto los derroteros que toma la automoción hoy en día, con la conectividad por bandera y focalizando todos los esfuerzos para que la población pueda atender más sus terminales móviles en vez de conducir (o al menos eso parece), a veces me da tanta rabia que pararía el tren y me bajaría, que a esa estación yo no quiero ir.

Espero que o bien aún quede un resquicio de "pasión" en la automoción que nos de un poco de tregua, o que simplemente ya no llegue a verlo porque no haya avanzado lo suficiente.

Malos tiempos para los románticos de la automoción.