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Deportivo, pero no tan rápido como sus rivales
En cualidades dinámicas, el nuevo Opel Corsa GSi 1.8 16V (125 CV) ha mejorado respecto al anterior Corsa GSi 1.6 16V (106 CV). Pero no está al nivel de otros pequeños deportivos como el Peugeot 206 GTi (135 CV) o el Fiat Punto HGT 1.8 16V (131 CV), ambos más potentes, rápidos y eficaces.
Frente a ellos, el Corsa GSi no destaca en ningún apartado mecánico. Únicamente le sitúa en una posición más atractiva su buena relación precio-equipamiento. El Opel es más barato y tiene un equipamiento similar, con algunos detalles poco habituales entre los coches de su tamaño.
El GSI comparte muchos detalles comunes con los Corsa de acabado Sport: suspensión, asientos, volante forrado en cuero, instrumentación con fondo blanco y detalles de color aluminio del salpicadero. La carrocería es muy discreta y tan sólo se distingue del Sport por el tipo de llantas de aleación de 15 pulgadas, las manetas de las puertas coloreadas y el letrero «GSI» en las puertas.
Su motor 1.8 16V de 125 CV tiene un buen funcionamiento, algo más brillante a alto régimen pero también correcto a bajas vueltas. Ofrece una respuesta suficiente para disfrutar en conducción deportiva, aunque no permite alcanzar las prestaciones de sus directos adversarios y es algo ruidoso. El reglaje de suspensiones tiene un compromiso mejorable entre la dureza del amortiguador y el muelle. Es muy seca y no contiene con total eficacia el balanceo de la carrocería en una conducción muy exigente, aunque sus reacciones son progresivas y no da sustos. No tiene control de estabilidad ni en opción.
Destaca por habitabilidad respecto a otros "GTi" similares, sobre todo en espacio para las piernas y altura al techo. La presentación interior es atractiva, con marcados detalles deportivos pero unos plásticos de tacto mejorable en puertas y salpicadero.
En definitiva, el Opel Corsa GSi 1.8 16V es un coche amplio y bien presentado, capaz de aguantar un uso deportivo sin ser tan eficaz y estable en carreteras con curvas como otros modelos similares. Entre los pequeños "GTi", es de los que ofrecen un precio más ajustado, pero si buscamos la máxima eficacia me parece aconsejable pagar el dinero de más que cuesta un Peugeot 206 GTi o el Fiat Punto HGT.

El nuevo Corsa GSi no tiene un buen equilibrio de suspensiones, de hecho, en Opel no han solucionado un problema que ya se apreciaba en los anteriores Corsa GSi de 106 CV. La relación entre el muelle y el amortiguador no parece la más adecuada, tanto por estabilidad como por confort. No llega al nivel de estabilidad de coches como el Peugeot 206 GTi, Fiat Punto HGT o Citroën Saxo 1.6 16v VTS y, sin embargo, sí es un poco más incómodo. Tiene unas suspensiones que, aún pareciendo muy duras, no pueden evitar un balanceo algo acusado para este tipo de coches. El problema es que el Corsa GSi tiene unos amortiguadores poco eficaces al comprimirse a alta velocidad (alta velocidad del amortiguador, no del vehículo) y unos muelles blandos.
El efecto de los amortiguadores provoca que sea muy seco cada vez que pasamos por un bache, mientras que el muelle blando no es capaz de impedir el balanceo. Se aprecia un movimiento de carrocería mayor que en otros "GTi" similares.
Todo esto no quiere decir que el Corsa GSi no permita rodar rápido o practicar una conducción de estilo deportivo. Sus reacciones son progresivas pero no pisa con tanta eficacia ni transmite el mismo aplomo en curvas como los rivales antes mencionados.
No tiene control de estabilidad, pero sí lleva un control de tracción que trabaja con eficacia. En condiciones normales, la motricidad del Corsa GSi es buena y el sistema apenas tiene que actuar, pero cuando entra en acción da sensación de que ayuda a ganar tracción más que frenarlo. Tampoco su motor pone en demasiados aprietos la motricidad sobre suelo seco; con agua no he tenido ocasión de probarlo. Al contrario que en otros "GTi" con control de tracción (Fiat Punto HGT o VW Polo GTI) en el GSi no es desconectable desde el interior.
Opel recurre en el Corsa GSi a una dirección con asistencia eléctrica que, respecto a la hidráulica, resta menos potencia al motor. Es rápida, directa (2,9 vueltas de volante) y tiene un tacto de asistencia agradable, pero también cierta imprecisión en el punto inicial de giro, que obliga a hacer pequeñas correcciones para llevar el coche recto.
A diferencia de los otros Corsa (con frenos de tambor traseros), el GSi tiene cuatro discos, los delanteros ventilados. La frenada es correcta aunque no brilla en las distancias de frenada comparado con otros "GTi". Tiene un tacto bueno, que permite dosificar fácilmente la frenada y destaca especialmente el funcionamiento del ABS, que sólo entra en acción cuando es necesario y resulta muy eficaz incluso sobre carreteras bacheadas. El equipo de frenos aguanta bien en conducción deportiva y sólo se llega a apreciar cierta fatiga en un uso muy exigente.